lunes, 21 de septiembre de 2009

Back to life ¬¬

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Vuelto de Bariloche...

Alto viaje ^^




Deseo de un sueño que no llega.

¡Sigo sin poder dormir! Van ya cinco días sin siquiera diez minutos de sueño, de descanso; y no por la imposibilidad de hacerlo causa de infinitas actividades, sino por un desconocido hecho que ni los médicos han podido explicar. Escribí en un diario las primeras cuarenta y ocho horas, luego no tuve fuerza para levantar la birome siquiera. Estoy muy cansado, demasiado.
Quizás mi diario me explique mejor que yo, ya que en esos momentos podía pensar con más claridad:

Día 1-
Qué joda, che, por más que intento, no puedo dormir. Toda la noche estuve mirando el techo, contando ovejas, bloqueando mi mente, mis oídos, pensando en el dulce sonido del mar, con sus olas castigando la playa; no hay caso. Será que tengo mucho que pensar, o asuntos pendientes. Por un momento creí que había demonios en la casa que no me dejaban en paz, después me di cuenta de que estaba delirando.
Mejor hago algo antes de volver a estúpidos pensamientos. Quizás limpie la casa, o juegue a la computadora, o quizás lea todo lo que queda de esta triste noche.
Qué duro va a ser ir a trabajar por la mañana; voy a estar hecho un zombi. Y me intriga profundamente saber qué impide mi sueño.
Sólo un segundo pido de cerrar los ojos y olvidarme de todo…

Día 2 sin dormir-
Esto sin duda es increíble: voy más de cincuenta horas despierto.
Probablemente, si sigo con insomnio mañana, y pasado, y pasado, ésta sea la última vez que escriba aquí, ya que el cansancio que tengo es extremo. Por más que cierro los ojos en la comodidad de mi cama, no logro dormir.
Fui al médico y me dijo que era un simple desvelo provocado por algún problema personal seguramente. Me recetó unas pastillas para dormir, pero mi cuerpo casi instantáneamente las rechazó y las expulsé…por la puerta trasera podríamos decir. Con mi psicólogo buscamos una causa, pero tampoco la encontramos. Busqué cualquier método, ya harto de no poder dormir; llegué al punto de pedir a un amigo que me noquee de un golpe, pero no funcionó: simplemente no caía.
Nada funciona, ¡nada! No me quedan más fuerzas, no puedo escribir más.

El tercer día lo pasé en cama, intentando recobrar la energía que escribir había tomado de mi cuerpo para poder tomar agua y comer; fuera de eso, no hice nada, ni siquiera atendí el teléfono que repetidas veces sonó. Así también cuarto, totalmente rendido en mi dormitorio, solo, inmóvil, suplicante.
-Quiero dormir…- repetí en balbuceos, hasta que me di cuenta de que hablar me cansaba más de lo que pensaba.
Y ahora el quinto día. Encontré la manera de dormir de una vez por todas y estoy decidido a hacerlo, sólo tengo que llegar a la cocina. Sí, días de pensar y pensar al fin dan fruto.

En lentos y pesados pasos, el joven llegó al horno y abrió todas las hornallas. El gas fluyó incansablemente mientras volvía a su habitación. En la puerta de éste sucumbió, exhausto.

Al fin puedo dormir.


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2 comentarios:

  1. Esta bueno, quizas podrias relatar mas detalladamente el paso de los dias, las cosas que siente, como a causa del sueño todo se le va haciendo cada vez mas insportable. Igual el final esta muy bueno.

    Nos vemos el viernes juancito.

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  2. Boludo, pensé que estabas relatando lo que te pasaba a VOS. Me olvidé de "Juan escribe cuentos" y pensé que estabas contando lo que te pasaba y dije WTF is going on here?! Después caí que era un cuento.
    Muy bueno, bien ahí.

    Tu primo (Gastón)

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